jueves, 25 de abril de 2013

Justicia injusta

A menudo me pregunto por qué las leyes en España son tan blandas, por qué los castigos muchas veces se quedan cortos y no sirven para nada. En concreto me refiero a los delitos contra la seguridad vial. En la prensa vemos constantemente casos de personas que cometen infracciones y se van de rositas, o con la pena mínima. Demasiadas veces, diría yo. Y si uno es famoso, político o simplemente tiene dinero, lo tiene mucho más fácil. Porque no nos engañemos, la justicia no es igual para todos.

Por ejemplo, si cualquiera de nosotros causara la muerte de alguien en la carretera, probablemente nos impondrían la pena máxima, pero si lo hace José Ortega Cano, estando ebrio y con exceso de velocidad, le condenan a dos años y medio. Y si es bueno y se porta bien, en poco más de un año a la calle. Igual de injusta considero la sentencia a Isabel Pantoja hace unos días, penada con dos años de prisión por blanqueo de capitales. Justo en el límite para que no pise la cárcel. ¿Casualidad? Yo creo que no.

A Ortega Cano le han retirado el carné de conducir durante tres años y medio. Otra cosa que no comprendo. ¿Cómo puede ser que una persona que ha matado a otra con el coche, aunque sea de forma involuntaria, pueda volver a coger un vehículo? Los familiares de la víctima deben sentirse insultados y con toda la razón. El castigo debería ser, además de la prisión y la indemnización, no volver a conducir nunca.

No puedo dejar de recordar un caso similar y muy sonado, el de Farruquito, que en 2003 atropelló mortalmente a Benjamín Olalla. Circulaba sin carné, sin seguro y a mayor velocidad de la permitida. Le condenaron a dos años y por bueno, cumplió solo uno. Para colmo, después del accidente se sacó el carné de conducir. Increíble, imagino la enorme impotencia de la familia del fallecido.

La vida es lo más importante que tiene cada persona y a su vez, lo más frágil. Y a pesar de ello, no se respeta como merece. Cada vez que alguien conduce habiendo consumido alcohol o drogas, circula por encima del límite de velocidad o de forma temeraria, no solo se pone en peligro a sí mismo, si no a cualquiera que en ese momento pueda cruzarse en su camino. Qué injusto, ¿no? 

Son demasiados, tanto famosos como anónimos, los que no piensan en las consecuencias de sus actos hasta que es demasiado tarde. Si las leyes fueran más severas de lo que son, quizás todos seríamos un poco más responsables. O eso quiero pensar.

4 comentarios:

  1. Quizas los accidentes producidos a consecuencia del consumo de drogas o alcohol (que deberia ser considerado como la droga mas facil de conseguir) o por conduccion temeraria, deberian tener el tratamiento de crimenes o asesinatos en lugar de homicidios involuntarios, porque pienso que quien se pone al volante habiendo consumido drogas/alcohol o ambas juntas no es inocente de nada mas bien un asesino en potencia MJ

    ResponderEliminar
  2. No puedo estar más de acuerdo contigo. Gracias por tu opinión!

    ResponderEliminar
  3. Hay que cobrarse la justicia cada uno por nuestra mano.
    La ley no es igual para todos, claro está, nos manejan y enseňan lo que quieren que hagamos y veamos. Verguenza me da cómo se rien en nuestra cara!
    Musu!

    ResponderEliminar