lunes, 15 de julio de 2013

Cómo hemos cambiado...

Parece mentira cómo pueden llegar a cambiar las cosas con el paso de los años, a veces, incluso con el paso de los meses. El estilo de vida que llevamos hoy día no tiene nada que ver con cómo vivíamos hace quince o veinte años, que es hasta donde yo llego a recordar. Por ejemplo, en vacaciones nos íbamos al pueblo, o como mucho había quien tenía la suerte de irse a un apartamento a Benidorm una o dos semanitas con la familia, abuela incluída. Las vacaciones eran mucho más familiares que ahora, que hay quien pasa todo el año ahorrando para realizar un viaje lo más lejos y exótico posible, y cuanta menos familia viaje junta, mejor. La gente tiende cada vez más a salir de España y si no lo hace, parece que no son unas vacaciones en condiciones. ¿Dónde quedan los meses en el pueblo, el tan esperado encuentro con los amiguitos que solo se ven en verano? Conocer mundo está muy bien, pero lo de ir al pueblo también tenía su encanto.

Otra cosa que ha cambiado mucho es cómo pasan los niños su tiempo libre. Los de mi generación, allá por los años ochenta y noventa, estaban deseando salir a la calle a jugar. Sobre todo en vacaciones pasaban muchísimo más tiempo fuera que en casa, donde únicamente iban a comer, cenar y dormir. Ahora es distinto. Hoy día todos, o casi todos, tienen consola y ordenador y la oferta televisiva es mucho más amplia, por lo que muchos prefieren pasar horas en casa antes que salir a la calle. Así, pasan más tiempo solos y tienen menos amigos, con lo que se convierten en personas menos sociables, con menos amistades verdaderas. Habrá de todo, pero creo que a un niño que dedica más horas a ver la tele o jugar a la consola que a relacionarse con otros niños, le será más complicado desarrollar valores como el compañerismo o la generosidad. Así muchos de los niños de ahora son más egoístas e interesados que los de antes.


Recuerdo dibujos, series y películas que yo veía cuando era niña: Heidi, Barrio Sésamo, Campeones, Los Fruitis, E.T., David el Gnomo, Verano Azul... ¡Qué recuerdos! Bonitos recuerdos. Lo que dan hoy día en la televisión no tiene nada que ver. Por lo general, todo es mucho más violento y menos adecuado para que vean los niños. Me vienen a la memoria por ejemplo las Monster High, Bob Esponja, Futurama o Padre de Familia. Sin intención de desmerecerlos, estos dibujos no llegan a los de hace años ni a la suela del zapato. Habrá quien los prefiera pero, para mi gusto, son mucho peores que los de antes y no enseñan nada útil. La mayoría no transmiten valores, al menos ninguno bueno, ya que se tiende más a buscar la espectacularidad que a mostrar algo positivo a los niños.
 
También en los juegos hemos cambiado mucho. Yo jugaba mucho a la pelota, la goma y la cuerda con mis amigas. En los últimos años no recuerdo haber visto nunca a un grupo de niñas saltando a la goma. Antes no necesitábamos gran cosa para divertirnos, bastaba con coger un balón o la bici, por ejemplo, y salir a la calle a jugar toda la tarde. Hoy parece que los niños necesitan más, no tienen suficiente con las cosas sencillas con las que nos entreteníamos los de mi generación. Lo que prefieren hoy día es el móvil o la tablet, y pasarse horas muertas mirando Internet o escribiéndose mensajes a través del Whatsapp. No se dan cuenta de que eso no les aporta absolutamente nada. Cada etapa hay que vivirla conforme a lo que es mejor para los niños y que un menor de ocho años se pase los días colgado de un teléfono no es lo más apropiado para su desarrollo.


Es una realidad que casi todo gira en torno a las nuevas tecnologías. Por ejemplo, los videojuegos son cada vez más sofisticados y complejos. La calidad de los juegos de mi época era, por qué no decirlo, cutre, si la comparamos con los de ahora. Pero ¿quién no ha pasado horas enganchado jugando al comecocos o al tetris? Daba igual si la imagen era buena o mala, lo único que importaba es que nos divertíamos mucho. Lo mismo que con los de ahora, solo que hoy día se da mucha más importancia a que la imagen sea lo más perfecta posible. En cuanto a las muñecas, cuando yo era pequeña, las niñas jugábamos con la Barbie o la Nancy, ahora juegan con las Monster High y, lo que es peor, se quieren parecer a ellas. Antes leíamos mucho libros de El Barco de vapor, tebeos de Zipi y Zape o Mortadelo y Filemón y ahora lo que se lleva son las sagas de vampiros. En fín, son tantas y tantas cosas las que ya no son como eran antes... Echando la vista atrás solo puedo decir: ¡cómo hemos cambiado!

2 comentarios:

  1. Mucho hemos avanzado en algunas cosas pero los niños hoy en dia no saben divertirse si nos es con una maquinita en la que mueven dedos pero no el resto del cuerpo (problemas de obesidad despues) y que seran muy avanzadas pero estos crios de hoy no tienen ni los reflejos ni la alegria que teniamos antes, cuando con abuela incluida ibamos en el 600 o en el 850 apretaditos hasta el pueblo quien tenia la suerte de tenerlo o a la playa de Gorliz como mucho y nos los pasabamos fenomenal MJ

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    1. Tienes toda la razón. Tenía su encanto lo de ir en el coche como sardinas en lata. Gracias por el comentario!

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