lunes, 16 de septiembre de 2013

El primer día de cole

En estos días los niños están empezando el colegio. Muchos de ellos es la primera vez que se separan de sus padres y para algunos, es un verdadero trauma. Por eso la inclusión se hace poco a poco, a través de los periodos de adaptación. Los primeros días una hora, después hora y media... y así se va aumentando hasta que se quedan todo el día en el cole. Algunos lo llevan bien desde el primer día y podrían quedarse horas en el aula desde el primer momento sin sufrir por no estar con sus padres. A otros, sin embargo, ni un periodo de adaptación de un mes les sirve para separarse de sus progenitores sin llorar como si no fueran a verles nunca más.

Debe ser duro para un pequeño de dos o tres años, acostumbrado a estar con su mamá o papá, que le dejen todo el día con alguien desconocido a quien, además, tiene que compartir con otros tantos niños. A partir de ese momento deja de ser el protagonista que era en su casa y sin poder evitarlo, se hace un poquito más mayor así de repente, a la fuerza. Comienzan los madrugones, las prisas para llegar a la hora, las rutinas de las clases... Aunque algunos de estos niños esto ya se lo saben de memoria porque han ido a la guardería desde prácticamente recién nacidos.

Mucha gente piensa que la escolarización temprana es muy beneficiosa para los críos, que aprenden a relacionarse más y mejor con otros niños, a ser más sociables. Pero yo me pregunto si realmente es bueno para ellos separarse tan pronto de sus progenitores. En casos de niños que van a la guardería desde muy pequeños, la mayoría de las veces es por necesidad, pero cuando no lo es, ¿es bueno que un bebé vea muchas más horas a su profesor o profesora que a sus padres? Tengo serias dudas respecto a esto. Pienso que los niños, sobre todo cuando son muy pequeños, necesitan muchísimo a sus padres. Y no todos llevan igual eso de no verles en todo el día. La prueba está en que muchos se pasan todo el curso llora que te llora cuando se separan de sus papás.

La parte buena de que un niño comience a ir al colegio es que va a empezar a aprender cosas que le servirán para formarse como persona, comenzará a sentar las bases de lo que será su futuro y hará amistades que pueden durarle toda la vida y si no, acompañarle durante parte de ella. Pero al mismo tiempo da pena que se hagan mayores tan pronto, que comiencen ya con la responsabilidad que supone para ellos acudir cada día a clase. Lo mejor que pueden hacer los padres, bajo mi punto de vista, es darles toda la atención que necesitan cuando no están en el colegio, que vean que su vida fuera de clase sigue siendo igual, que tienen a sus padres igual que antes y que ir al cole no significa perderles. Significa un paso más en su vida, una nueva etapa que, guste o no guste, todos tienen que pasar.

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