lunes, 20 de mayo de 2013

Slimming: borrachera para descerebrados

Los medios hablan estos días de un peligroso hábito que se está poniendo de moda cada vez más entre los jóvenes en España. Se trata del slimming, práctica importada de Estados Unidos que consiste en empapar un tampón en alcohol -preferentemente whisky o vodka por su elevada graduación- e introducirlo las mujeres en la vagina y los hombres en el ano. El éxito de este método radica, según sus defensores, en que pueden emborracharse de forma rápida y económica. "El alcohol va directamente a la sangre y es como si te tomaras 5 copas", "vas con el punto en menos que canta un gallo" o "la borrachera llega 10 veces más rápido" son algunas de las afirmaciones de jóvenes que utilizan este sistema.

La gente, en este caso adolescentes, parece que está dispuesta a realizar cada vez más locuras con tal de emborracharse lo más rápido posible y gastando lo mínimo. Siendo sinceros, ¿quién no ha pasado por esa etapa en su vida? No hablo de emborracharse hasta llegar al borde del coma etílico, pero sí de salir con los amigos y beber para ponerse contento o desinhibirse. A la mayoría de jóvenes le gusta esa sensación cuando sale por la noche, es una realidad que ha existido siempre, pero con el paso del tiempo da la sensación de que cada vez necesitan más y más, que no les sirve hacer botellón o tomar unas copas, como se ha hecho toda la vida. Ahora lo que parece estar de moda es jugársela al máximo y no pensar en las consecuencias.

Los peligros del slimming son numerosos. El alcohol que se introduce por los orificios genitales no pasa por el hígado, con lo cual llega directamente a la sangre y al cerebro de forma mucho más tóxica que si se ingiere de forma normal. En caso de intoxicación, al no pasar el alcohol por el estómago, la persona no vomita, que sería la respuesta natural del cuerpo cuando se bebe demasiado, lo que puede evitar en muchas ocasiones el coma etílico. El elevado poder irritante de las bebidas alcohólicas puede dañar e infectar las paredes vaginales, llegando incluso a destruir la mucosa. En las mujeres pueden verse afectadas las Trompas de Falopio y quedar estériles.

Miles de jóvenes deciden ignorar estos riesgos. Algunos ni sabrán hasta qué punto se la están jugando y a otros no les importa poner en riesgo su salud con tal de sentir el morbo de vivir experiencias nuevas. Pensarán eso de "a mí no me va a pasar". Los adolescentes, en general, son inconscientes en muchos aspectos, es normal y todos lo hemos sido en mayor o menor medida. Pero cometer este tipo de estupideces va más allá de lo habitual y es incomprensible que haya personas tan insensatas, por muy adolescentes que sean. Deberían empezar a mentalizarse y darse cuenta de lo que realmente le están haciendo a su cuerpo, antes de que dejen de pensar "a mí no me va a pasar" para lamentarse y decir "¿por qué a mí?".

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