A
raiz de lo que está pasando con Hollande en Francia -la infidelidad a
su mujer, con la que a su vez fue infiel a su anterior esposa-, han
surgido opiniones de todo tipo sobre si la vida privada de los políticos
debe ser como su propio nombre indica, privada, o por el contrario, debe
hacerse pública. Creo que no hay que ser extremista. Personalmente no
pienso que sea necesario conocer cada detalle de la vida de un político.
Por ejemplo, que Rajoy y su mujer se vayan a cenar o de fin de semana
no es relevante, aunque sí importa que cuando lo hagan lo paguen de su
bolsillo o no. Lo que no debería suceder es que toda esta gente que está
en el poder se gaste nuestro dinero, a nuestras espaldas, en cenas, comidas, vacaciones, espectáculos, compras, etc.
A los ciudadanos nos debería importar poco si el presidente o los ministros son fieles a sus parejas, pero parece que si nos enteramos de que un político es infiel en su vida amorosa, nos preguntamos cómo va a ser honesto en la política. Si mienten a sus mujeres o maridos, que se supone que son personas a las que quieren o al menos les importan, no podemos fiarnos de que sean sinceros con los ciudadanos, a quienes no conocen de nada y a nivel personal les importamos mas bien poco.
Probablemente haya
dirigentes que hacen muy bien su trabajo y son muy honestos, pero después en su intimidad son unos capullos. Y nosotros ni nos enteramos.
En casos así, mientras no se gasten el dinero de todos, creo que
es mejor no saber que hacen en su vida privada.
Juzgar a las personas por lo que hacen en el ámbito personal es muy
peligroso, ya que unos pueden aceptar sin problema lo que para otros
resulta inmoral. ¿Y quién determina en un caso así si lo que ha hecho el
político está bien o mal? En el caso de Hollande la
mayoría vemos mal que sea infiel a su mujer pero seguro que hay quienes
lo ven como algo normal. Y no podemos dejar de reconocer que es su vida y nadie puede recriminarle la infidelidad. Sí el hecho de que a sus escarceos llevara guardaespaldas pagados con dinero público.
Es por estas cosas que mucha gente está reclamando transparencia total en lo que a los políticos se refiere. No es lo ideal porque hay muchos aspectos de su vida que son completamente irrelevantes, pero para que los ciudadanos estemos tranquilos y podamos fiarnos de quienes nos gobiernan, es la única manera. Ahora lo tienen muy facil con las redes sociales, a las que muchos mandatarios son asiduos. Hay quienes a diario comentan su agenda e incluso comparten sus actividades privadas. De ese modo se muestran cercanos, sencillos e incluso sinceros, ganándose la confianza de la gente. Aunque pueden mentir u ocultar cosas, claro, pero habrá que fiarse.
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